Penélope es TCP de corto y medio radio de Iberia desde hace unas semanas; su primer vuelo fue el pasado 1 de noviembre. Anteriormente trabajó como tripulante en Vueling, con base en Barcelona y Málaga. Y antes de eso, en el aeropuerto en el departamento de Lost and Found durante 5 años.
"Creo fuertemente que la gran mayoría de los que trabajamos en aviación sentimos que es algo muy vocacional.
Desde el curso de inicio se respiran las ganas y la ilusión de dedicarse a ello.
Muchas veces el despertador suena mucho antes de lo que nos gustaría; me levanto, desayuno un café con algo rápido, comienzo a vestirme y con los ojos aún medio cerrados empiezo a maquillarme, me peino bien y me planto los pendientes, el reloj y lo más importante, la sonrisa.
Ya en el aeropuerto, llegas al box que te han asignado y conoces a los que van a ser tus compañeros durante 1, 2 o hasta 4 días. Tu equipo.
Después de chequear conscientemente todo el material de emergencia comenzamos el primer embarque. Toca dar los buenos días, bon día, bonjour o good morning según el sitio donde nos encontremos. Ayudando todo lo posible e intentando cerrar puertas antes de lo programado, que por algo somos los primeros.
Cuando estás ahí arriba sirviendo un café muchas veces no eres consciente de que vas entre nubes, que te separan 30.000 pies del suelo. Otras veces miras por la ventanilla y puedes contemplar amaneceres y paisajes preciosos; esto creo que es uno de los mejores regalos que tenemos, esas vistas.
También somos conscientes de que no solo transportamos personas, transportamos sueños, reencuentros, gente que va a disfrutar de esas vacaciones tan esperadas, alegrías y deseos.
Tenemos la suerte de poder disfrutar de aromas, olores y sabores muy diferentes en poco tiempo, podemos estar desayunando un Capuccino en Roma y acabar esa noche disfrutando de una cena en Jerez y celebrando el día que hemos vivido.
Yo vivo cerca del aeropuerto y cuando alguna tarde voy paseando por la calle con mi padre y veo pasar un avión de Iberia lo señalo y le digo: Mira padre, por ahí va una de mis oficinas. Y siempre sonríe.
Hace poco, en el desembarque de un A321, yo estaba en unas de las puertas intermedias cuando se acercó un pasajero, un señor mayor muy trajeado (el típico British gentleman) y me dijo que le encantaba mi actitud y mi sonrisa, y acabó con un keep smiling. Aquello me emocionó; me encanta mi trabajo y me sale solo sonreír mientras lo realizo. Además conoces a mucha gente fascinante de muchos sitios y creas amistades muy fuertes.
Tengo un sobrino pequeño en Ecuador que aún no entiende de compañías ni de rutas, pero cada vez que ve un avión señala al cielo como loco señalándolo, porque para él, sea el avión que sea, ahí va la tita Pé."
Penélope Martín.
WhnBA8yPHib58iKdlDazTAIlsOEBXndpfAj7j6UF09XDIpdQc7qySSekHHqsWSeeKaTxXciJdXvympdB3WYr3GeC6Aw6VWwFdjFgHL5P3W6NPpobXmUIH8VvHzWwNrm6tioI6hJYbh3j91Tws2v2mqEHiwJyA60PwlyzRHqAo1uZtvKs8l8uPdjLccOPadyrJLRyr0jOF8kq9UjvJw8HhzwRQ7arTzBhINBV9c1C8H7ilbkAV6R04GLUhZKIFXjA3c8ZV2ys7wF3ga7QYshwhOgTn1kkkTAzS2gg2BX24yLh1weVuJE6NNEUxA1VoXhymzJumdWBSyANB31XXRuLHvZ1QgmB5fZCqxAyTRi9xV1ucSlLhPswf9gEcajA3z1pKMo5M2W7P1tZbgOAQ6epUVXaKhlUMLVUncZUuixtFoFS9cTWRQ5goZQIDu2xSh7s8h3XIRvdVjRjuC7wgWUeA7kIPbyMwBJrmSzeGS6yySBkp7YQ0soLAfkZxN2He9McDzM1n3fR40p9zYtkqbNy2DdLdbFEeHhOe2N1X6IJDrZvUVb88f8HP9v3KhcTDN2GIUI26mmU81m550zIgZbRB7XvywfA9Ald2AfsJ4Pu5zaI9FBLAsOtQ5uG04nRasmGzAFEbNRyeNra0Y7EDk3TPJchc8LISWSb8OMrn0q2wAawAYFjLruVxPJH6X0FqawFXZKOom3DsY09cTmVkKFX