Antonio Martín Lozano “Michael”, es el único comandante de “terrevuelos” del mundo.
"Me llamo Antonio Martín, pero todos me llaman Michael. Soy el protagonista del corto documental El vuelo de Michael, donde se cuentan las cosas que hago cada día y que, según dicen los que lo ven, son cosas difíciles y especiales que me convierten en una persona extraordinaria. Y a mí me gusta oírlo porque es verdad. Aunque tenga una discapacidad intelectual puedo hacerlo mejor que cualquiera. En Envera decimos que todos podemos ser los mejores en algo y en mi caso eso está comprobado.
En primer lugar, estáis ante el único comandante de terrevuelos del mundo, con más de 20.000 horas de terrevuelos a mis espaldas. Para ello, por las mañanas, nada más levantarme, abro el receptor de radio de mi padre y escucho las conversaciones de los pilotos con la torre de control. Con eso ya sé si habrá, según el viento, configuración norte o sur, depende; además de otros condicionantes. Luego, cuando bajo a la calle, donde me recoge la ruta para llevarme al centro Envera de Colmenar Viejo, tomo carrerilla por la calle Bergantín y “vuelo” hasta el autobús, donde me esperan los chicos del centro ocupacional, a los que saludo como comandante y doy instrucciones para el despegue, desde el micrófono del autocar. Al cabo de un rato, aterrizamos de la misma manera. Y así ha sido cada día desde hace más de veinte años.
Ahora mismo, mientras escribo estas líneas, estoy en la residencia de Envera; desde mi ventana veo la torre de control del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas.
La aeronáutica es mi vida, y eso es porque mi padre era técnico aeronáutico de Iberia hasta que se prejubiló. Él me dice que cuando era pequeño y me iba solo desde mi casa en la Alameda de Osuna hasta el aeropuerto para ver los aviones, me ponía unos reflectantes en los pantalones para que no me pillaran los coches.
Otra de mis pasiones es la fotografía y llevo siempre encima mis tres cámaras: una digital, otra de carretes y la del móvil. He retratado durante más de 20 años a mis vecinos de la Alameda de Osuna, y los de PhotoEspaña me han dicho que era algo único. Por eso han expuesto mis retratos en su concurso con el título “Al borde del aeropuerto”, en el Centro Cultural Gloria Fuertes, y me han sacado en el telediario, en periódicos y en radios. Y ha venido mucha gente a verla. Les gusta verse, ver cómo eran antes, cómo han crecido, cómo se han hecho viejos… y a otros les emociona encontrarse ahí a personas que ya no están entre nosotros. A mí me ha hecho muy feliz.
También soy constructor de edificios. Los hago con ladrillos de madera que recorto de palillos. Empecé el 19 de marzo de 1983, el día que murió mi abuelo Rafael, hace ya 35 años, y desde entonces no he parado. En algunos he tardado varios años, pero no me importa. He hecho un castillo gigante, un cagadero para perros, una pista de tenis, la biblioteca de la Alameda de Osuna, un tanatorio con helipuerto… Voy haciéndolos y les pongo las escaleras, las ventanas, los muebles, los enchufes, otros llevan un ascensor… Ahora estoy haciendo un rascacielos y un faro como el de Moncloa. Calculo que tardaré dos años y tres meses. A ver…
Fui goleador del Club Deportivo Ícaro Envera, pero colgué las botas al cumplir los 30 porque sentía que me pesaban las piernas. Además, es ley de vida: primero te retiras del deporte, luego a los cuarenta, la impotencia; y después llega la calvicie. Nos pasa a todos. Es por la hormona. Pero bueno, ahora estoy viviendo un momento muy dulce como director del programa deportivo “El Pichichi” de Radio Terrícola, donde me lo paso fenomenal comentando los lances deportivos con mis compañeros reporteros. No os debéis de perder mi programa en radioterricola.com. Tengo seguidores hasta en Alemania, no os digo más.
Por último, me gustaría destacar mi faceta de compositor musical con mi canción Éxito feliz que acabo de grabar, aunque la compuse el 20 de agosto de 1996, martes, para mi prometida Isabel. Espero que os guste cuando la escuchéis.
Pues todo esto que os cuento es mi viaje de la vida hasta hoy, en que he cumplido 47 años enseñando que todos podemos llegar tan lejos y tan alto como soñemos, volando sobre los obstáculos y haciendo regates a las cosas malas que nos pasan. Quién les iba a decir a mis padres cuando era pequeño y era un niño raro que yo llegaría a ser el único comandante de terrevuelos del mundo, fotógrafo reconocido por el certamen más importante de fotos, compositor musical, constructor, director de un programa deportivo de la radio… Ah, y actor de cine. Podríamos decir que la mía es una vida de película."
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