Hanane Chergui es Account Manager en la delegación de Iberia en Marruecos. Trabaja para Iberia desde junio del año 2000; ha trabajado en la oficina de billetes de la ciudad y también en el aeropuerto de Casablanca. Conoce Marrakech a la perfección, pues su familia vive en la ciudad y desde muy pequeña los visita con frecuencia.
El lugar estrella de Marrakech es la milenaria Plaza de Jmaa El Fna. Se trata del epicentro de la ciudad histórica; aquí descansaban las caravanas de comerciantes antes de adentrarse en el desierto. En la actualidad, todavía podemos sumergirnos en el bullicio de la plaza, donde encontramos encantadores de serpientes, contadores de cuentos, adivinos, vendedores de especias, jugos naturales y caracoles.
Un paseo: pasear por la Plaza Jmaa El Fna, la Koutubia y el socco de Marrakech es transportarse a una época llena de colores, ruido y olores que caracterizan nuestra cultura.
Os recomiendo además dos paseos más: dar una vuelta a camello por el Palmeral de Marrakech y alquilar una calesa para ir por la Antigua Medina (en árabe significa ciudad).
Imprescindible: paseando por la Antigua Medina nos iremos encontrando con diferentes edificios históricos: la mezquita Koutoubia, el palacio Bahía y la Madrassa (antiguos colegios musulmanes de estudios superiores) de Ben Youssef, la más grande e importante de todo Marruecos. Y fuera de la Medina, los Jardines de Majorelle.
Delicatessen: hay infinidad de restaurantes que sirven comida típicamente marroquí (Tajines, Couscous, Mechoui, Pastella). Los restaurantes más famosos son Dar Moha, Alfassia y el restaurante Ibzar. Y para el postre, os recomiendo la genuina pastelería marroquí Saveur d’Orient. No puedes irte de Marrakech sin probar un buen té a la menta con dulces.
Un museo: si quieres visitar un museo diferente, tienes que ir al Museo del Agua, un proyecto a la vez histórico, científico, cultural, educativo y divertido. El concepto es innovador y contemporáneo, tanto en su diseño arquitectónico y museístico, como en la riqueza de sus exposiciones. Es la primera estructura de este tipo en el mundo árabe dedicada al patrimonio hídrico marroquí, árabe y musulmán. Está ubicado a la entrada del circuito de la Palmerai.
En familia: El Bus rojo permite visitar todos los monumentos y los puntos más interesantes de la ciudad, y de una forma muy cómoda. Si los niños son pequeños, qué mejor que una visita al parque acuático Oisiria.
De compras: en el Socco podrás encontrar todo tipo de antigüedades y objetos de plata (joyas, juegos de mesa…)
No te puedes perder: el cambio que se da en la Plaza Jmaa El Fna a partir de la puesta del Sol. Llegar a la Plaza con luz, entrar al socco y salir cuando ya ha oscurecido es digno de ver, y experimentar.
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