“Me llamo Juan Manuel. Trabajo en Iberia como coordinador en el aeropuerto de Málaga.
En marzo de 2017 Iberia, Mano a Mano - la ONG de los empleados de la aerolínea- y la Asociación de Desarrollo Comunitario Rural (ADECOR), inauguraron este aula con el objetivo de promover la inserción laboral en la escuela de secundaria de la región rural de “Los Tunayes”, en San Martín Jilotepeque.
Hace unos meses la compañía nos ofreció la oportunidad a los empleados de ir como voluntarios a Guatemala para dar apoyo a las clases de informática en el Aula Iberia.
Yo siempre había querido colaborar con una ONG, hacer un voluntariado, y cuando lo vi, pensé que era mi momento.
Así que dicho y hecho. Salimos de Madrid co
n destino Guatemala a principios de julio. En el aeropuerto nos esperaban los representantes de la ONG de Iberia donde nos hicieron entrega de varias maletas con menaje para la casa en la que íbamos a estar hospedados y también unos regalos para los niños del Aula Iberia.
Mano a Mano e Iberia han construido dos aulas y nuevos cuartos de baño para el colegio, ubicado en la aldea de los Tunayes, a 15 Km de la población de San Martín y a 60 Km de la capital de Guatemala. Una de las aulas está dedicada a la informática, en la que se han instalado ordenadores y una línea de fibra óptica. Ese era nuestro destino.
Tras las 11 horas de vuelo, llegamos a Guatemala. Allí fue a recibirnos Bartolomé, el responsable del colegio, quien no solo nos llevó a la aldea, sino que nos alojó en su propia casa; muy humilde, con cocina de leña y sin agua caliente en el baño. Además, uno de sus hijos nos traía los aprovisionamientos desde el pueblo de San Martín, a unos 8 km de distancia. Todo esto nos ayudó a que nos integráramos en su estilo de vida.
Nuestra primera toma de contacto con el centro fue con la directora Gladis y el profesorado para acordar qué horarios y materias íbamos a impartir a los alumnos durante nuestra estancia. Se acordó que nuestro cometido serían cursos de informática, que por cierto ellos le llaman computación.
Previo al inicio de las clases, tuvimos que actualizar el sistema operativo de los ordenadores, ya que la instalación de la fibra óptica se realizó pocos días antes de nuestra llegada.
Y llegó el momento de vernos con los alumnos, de entre 15 y 18 años. Lo primero que hicimos fue dejarles hacer para ver qué nivel tenían de “computación” y así establecer los talleres que se iban a impartir de acuerdo con los profesores.
Les enseñamos a los chicos la iniciación al paquete Office; esto es Word, Excel y Power Point; y también les iniciamos en las redes sociales y su buen uso.
Les llamó mucho la atención el Google maps y el Flightradar24, y también que podían resolver cualquier duda con la Wikipedia y los tutoriales de Youtube. Cuando hablamos de las redes sociales hicimos hincapié en que todo lo que se publique sobre nosotros mismos es difícil de borrar, o imposible en algunos casos.
Un día, uno de los alumnos nos invitó a su cumpleaños. Nos sorprendió que la celebración, en lugar de como aquí, que se suele hacer para merendar, fuera un desayuno en su casa. Pusieron carne de cerdo a la plancha, guacamoles, tortitas de maíz, ensalada y café. Y toda la familia iba vestida con la indumentaria Maya. Fue un momento muy entrañable y lleno de atenciones hacia los voluntarios.
El ultimo día lo dedicamos a juegos y reparto de los regalos que envió Mano a Mano y los que compramos nosotros: camisetas de futbol, juegos de petanca, balones, bolsos para las chicas, mochilas, etc. El juego de la petanca fue un éxito; jugaron hasta los profesores. Otro juego con el que disfrutaron fue con ”el pañuelo”, que aunque parezca mentira, no conocían.
El día de la despedida fue muy emocionante; fotografías con los alumnos y profesores, y lo mejor, un grupo de alumnos que se nos acercó para darnos las gracias por nuestra labor.
La experiencia ha sido muy gratificante, por un lado, por los conocimientos que hemos podido aportar a los alumnos y, por otro, porque me ha enriquecido personalmente muchísimo el haberme integrado por un par de semanas en una sociedad muy distinta a la nuestra. Sin duda, repetiría.”
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